Arquitectura: Líneas mágicas y piedra en bruto

(Noviembre 2011) En Santiago de Compostela se lleva a cabo actualmente uno de los mayores proyectos europeos de construcción: en las colinas que rodean la ciudad se construye la Cidade da Cultura (Ciudad de la Cultura). El arquitecto es el americano Peter Eisenman y, en consonancia con la ciudad, uno de los centros de peregrinaje cristiano más importantes junto a Roma y Jerusalén, también en esta nueva zona todo se rodea de magia y creencias diversas.

Así, la reciente inauguración de la Biblioteca de Galicia y del Archivo de Galicia tuvo lugar el 11-11-11, una fecha que antiguamente se habría considerado como una señal de buenos augurios, tal y como comentamos en nuestro artículo sobre el Puente de Carlos en Praga.

En el caso de este proyecto, la decisión se relaciona estrechamente con la fe y la mitología: su construcción se aprobó por la Junta de Galicia en el año 1999, que fue también año santo jacobeo, una celebración que se repite cada cierto tiempo en el calendario.

La ocasión era ideal para iniciar un proyecto ambicioso: la Cidade da Cultura debe reflejar la significación histórica de Galicia para Europa y convertirse en una especie de taller para las generaciones venideras. El terreno abarca una superficie de 265.000 m² y cuenta con 6 edificios emblemáticos.

Atención: no hay que confundir esta región española con la región ucraniana del mismo nombre.

Por supuesto, con tan elevadas aspiraciones, era necesario contar con un arquitecto de renombre mundial. El ganador del concurso internacional fue Peter Eisenman. Su concepto reune lo viejo y lo nuevo, y es al mismo tiempo tan espectacular que seguro que atreaerá la atención de modernos „peregrinos“. Es un punto de referencia al tiempo que se integra en el paisaje.

Además, el concepto de Eisenman cuenta con numerosas referencias mitológicas, tal y como querían los patrones del proyecto.

Observemos en primer lugar la Cidade da Cultura en su conjunto. Eisenman ha otorgado una nueva cúpula a las colinas de la ciudad, con un cierto parecido a la concha de Santiago, que ha sido el símbolo de los peregrinos desde hace siglos. Hoy se la conoce más bien como el logo de la petrolera Shell.

La silueta de la concha, claramente reconocible en los primeros borradores, se ha difuminado. Pero permanecen las típicas estrías que cubren a este molusco (Pecten jacobaeus): Eisenman las ha intercalado a modo de pasillo entre los edificios. Esto, a su vez, se relaciona con la estructura de la ciudad antigua a los pies de las colinas, recordando a sus estrechas calles. En la Cidade da Cultura, el edificio más alto alcanza los 42,5 m.

Otra de las características de la ciudad que Eisenman a trasladado a su obra son los pasillos con arcadas en la planta baja del edificio, donde los visitantes se pueden resguardar de la lluvia. La razón para la construcción de este tipo de aceras tan comunes en Galicia es que la región cuenta con el nivel de precipitaciones más alto de Europa.

Al igual que el casco antiguo, estas vías estrechas suelen desembocar el plazas.

La Cidade da Cultura tiene un aspecto ondulado, cómo si se hubiera creado a partir de un accidente geológico. Esta impresión se ve reforzada por la abundante presencia de la piedra natural: el exterior de los edificios, excepto las grandes superficies acristaladas, está recubierto de cuarcita foliada, que otorga al conjunto un aspecto primitivo. En las fachadas se encuentran tonos que van desde el gris hasta el amarillo; para los tejados se eligieron variantes rojas. Es la primera obra de Eisenman donde utiliza piedra natural.

Resultan distintivas la líneas que recorren los tejados, bien visibles también desde abajo. En ellas se utilizó cuarcita, que se diferencia notablemente de su entorno en textura y color.

Tenemos que decir algo más sobre esas líneas, ya que juegan un papel central en el concepto ideado por Eisenman.

Desde tiempo inmemorial, se ha creído que hay líneas que discurren por el cielo y por la tierra y que representan el destino de cada individuos y de lo pueblos, como si fuesen señales de orientación. Así, la banda de la Vía Láctea se interpretaba como una indicación a las almas en su camino hacia Dios. Los peregrinos cristianos creían que el recorrido del Camino de Santiago hasta la ciudad compostelana estaba pretrazado en el paisaje.

Estas líneas se conocen hoy en día como Líneas Ley. Los seguidores de este tipo de creencias las ven como una forma de unión de diversos puntos entre los que se encuentran campos magnéticos especiales.

Eisenman ha creado una gran red de líneas sobre la Cidade da Cultura. Se las encuentra en forma de cuadrícula en el pavimento, pero también en las fachadas e incluso en los tejados. Sobre las pequeñas cuadrículas se encuentran otras más grandes, ligeramente inclinadas y de un color distinto.

En un profundo corte, Eisenman ha colocado anchas líneas también sobre los tejados. Para no tener que intervenir en la base, ha elevado el entorno: las placas de piedra (de 50×50 cm y 5 hasta 8 cm de grosor) están colocadas sobre bandas de hierro y atornilladas. El agua de la lluvia se canaliza mediante las juntas y se deriva al techo real de hormigón armado que se encuentra debajo.

Resulta fascinante comprobar la manera radical en que Eisenman mantiene el sistema de líneas. Desde el tejado, las cuadrículas se inclinan hacia abajo y continúan incluso en las superficies de las ventanas. También en el interior se puede ver esa continuidad en las líneas de travertino rojo que cruzan el suelo de mármol blanco.

No importa lo que uno piense sobre esas Líneas Ley, hay que reconocer que el efecto que producen es excelente. El conjunto resulta estimulador para el pensamiento, lo que ya es uno de los objetivos que se ha marcado la Cidade da Cultura.

Uno se puede hacer una idea del coste que esto supone. Tal y como se expresa el arquitecto en un vídeo: „Nosotros no buscamos a nuestros clientes: ellos nos buscan“.

La finalización de las obras está prevista para el año 2015. Para entonces, además de la Biblioteca y el Archivo, se encontrará también aquí el Museo de Galicia, un centro para música y artes escénicas, un centro internacional de arte y un edificio de servicios. Estos edificios se encontrarán conectados por pasillos subterráneos.

Un claro contraste con esta instalación lo representan las torres Hejduk, ideadas por Eisenman como campanarios de iglesias sin nave.

La piedra dominante en la Cidade da Cultura es la cuarcita, proveniente en gran parte de Brasil y en menor medida de canteras locales. Si bien la intención de Eisenman era utilizar material local, esto no fue posible. En el interior se ha utilizado mármol y travertino, proporcionados por las empresas Tino y Ipisa/Campo. La piedra arenisca también se encuentra en la lista de materiales.

Por otro lado, el material dominante en el casco antiguo no es la cuarcita sino el granito, procedente de canteras locales y utilizado, entre otras cosas, para recubrir la catedral.

Cidade da Cultura

Eisenman Architects

Vídeo

Tino

Fotos: Cidade da Cultura

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