(Noviembre 2009) Muchas veces, el espectador no lo nota. Pero, de hecho, Shane Hart utiliza las leyes de la física para sus pilas de piedra. En concreto, la ley de la gravedad, que hace que una manzana caiga al suelo en vez de elevarse hacia el cielo.
Shane Hart consigue engañar a esa misteriosa fuerza de atracción de la masa terrestre, y hace que los bloques de sus torres de piedra permanezcan unidos, aunque temblorosos. „Upala Yoga“, llama el artista a su creación, en sánscrito: „Yoga de la piedra“.
Lo que caracteriza su arte es la improvisación y la temporalidad del equilibrio de fuerzas. Ya que, cuando una torre se hunde durante la construcción, porque el equilibro se ha trastocado, entonces…
… entonces Shane Hart se ríe a carcajadas y comienza la construcción de nuevo. Y cuando, al final del día, ningún golpe de viento ha conseguido derribar la obra, el artista interviene y lo hace él mismo.
Los días entre semana, Hart es manager en el sector de productos ecológicos y padre de tres hijos. Vive en Belingham, una ciudad del estado de Washington, frente al Pacífico. Los sábados, le gusta ir a meditar a la playa, es decir, a construir frágiles castillos de piedra. Últimamente, recibe cada vez más invitaciones para realizar su performance en lugares públicos.
Cuando los espectadores, tras la representación, siguen su camino, se les oye decir cosas inesperadas como, por ejemplo, que uno no puede aferrarse a nada realmente, que todo fluye, como dicen los filósofos.
O que se necesitan horas para construir algo, pero para destruirlo puede bastar un momento.
Fotos: Paul Gregory Newman
