(Septiembre 2011) Si fuéramos poetas, escribiríamos: esta casa de fin de semana es una invitación al sol para que brille. Ya que en Noruega, donde se encuentra este original edificio, los días pueden ser muy cortos y el cielo muy nublado pero, cuando sale el sol, esta casa brilla y resplandece.
Los muros exteriores y la maciza chimenea se componen de piezas de 10 a 30 cm de grosor de cuarzita Oppdal. Tienen un aspecto muy rústico, ya que el visitante no percibe el cemento y el conjunto parece una construcción de piedra seca. Se utilizaron unas 150 toneladas de piedra.
También el tejado está revestido de cuarzita, convirtiéndose así en la quinta fachada de la casa, ya que en uno de los lados, el que da a una pendiente, se extiende casi hasta llegar al suelo. En el lado del valle, por el contrario, la fachada se compone casi exclusivamente de cristal. El tercer material que caracteriza la casa, junto a la piedra y el cristal, es la madera de roble.
La cuarzita Oppdal se obtiene en la región noruega del mismo nombre. Una particularidad de este material es que se puede cortar en lajas muy fácilmente, lo que facilitó su uso en el tejado en placas de 1,5 cm a 3 cm de grosor, y superficies de 0,5 m² y mayores.
El arquitecto fue Einar Jarmund de Jarmund/Viksnæs AS Arkitekter Mnal, Oslo.
La piedra fue proporcionada por la empresa noruega Minera.
Fotos: Minera
Según donde se construya, el peso de un techo de piedra es el menor de los problemas. Así ocurre, por ejemplo, con la Capanna Cristallina (Cabana Cristallina), a una altura de 2570 m en los Alpes Suizos: allí, el edificio está expuesto a una capa de nieve de 7 m y vientos de hasta 200 km/h. En ese contexto, unas placas de piedra alpina de 3 cm de grosor no son un gran problema.
La construcción era necesaria debido a que dos avalanchas habían roto en pedazos, literalmente, el edificio anterior. Los arquitectos suizos Nicola Baserga y Christian Mozzetti ganaron el concurso con un edificio inusual en las altas montañas: una caja de puros en un puerto de montaña. El piso inferior, que contiene los espacios de aprovisionamiento, es de cemento armado y se encuentra, en gran parte, insertado en la roca. Los dos pisos superiores, con las habitaciones para los montañeros, se componen de paneles de madera prefabricados.
Este refugio de montaña es muy tradicional en cuanto a los materiales usados. Pero el sótano de piedra de la base del edificio está sólo revestido con piedra en vez de ser una construcción maciza. Lo típico en edificios de alta montaña es que el techo esté recubierto de piedra. Pero este techo es plano, no el típico a dos aguas. Puesto que el camino de montaña pasa por la ladera que hay encima del edificio, el techo es lo primero que ven los visitantes, convirtiéndose así en la quinta fachada.
Al llegar, uno observa que los pisos de madera están ligeramente desplazados respecto al sótano. Esto pone visualmente de relieve la entrada y protege del mal tiempo. La terraza está cubierta con placas de piedra procedentes de la fosa de construcción.
Para el transporte de los materiales fueron necesarios 2000 viajes en helicóptero.
Fotos: Filippo Simonetti
Las catedrales góticas están sobrecargadas con figuras y adornos, ¿cómo se pueden añadir entonces extensiones modernas a tales edificios? En la Catedral de Colonia se trataba de añadir una nueva entrada a una de las torres y la tienda de recuerdos para los visitantes. El equipo de Kaspar Kraemer Architekten se decidió por un contraste radical: su nueva construcción es absolutamente rectangular, incluso su tejado es plano. El contraste determina el efecto general: mientras que la Catedral se eleva hacia el cielo, los dos rectángulos de la nueva construcción se agachan casi hacia la plaza.
El techo y las fachadas de los dos edificios están cubiertos con piedra arenisca de Herdeck. En el tejado se han utilizado placas de 64 x 62 cm y 5 cm de grosor, con uniones de 3 cm de ancho que, junto a la ligera inclinación de la capa de cemento que las soporta, sirven para derivar el agua de la lluvia. La piedra fue proporcionada por la empresa Grandi; la elaboración y colocación corrió a cargo de Natursteinwerk Villmar.
Vale la pena ver también la nueva entrada a la torre bajo tierra, ya que conduce a los poderosos fundamentos de basalto y toba de la catedral.
Kaspar Kraemer Architekten (alemán)
Steinbruchbetriebe Grandi (alemán)
Natursteinwerk Villmar (alemán)
Fotos: Dombauarchiv Köln, Matz und Schenk
En la ciudad japonesa de Oda, en la región de Shimane, hemos descubierto una original construcción, con un techo -esta vez no de piedra pero- de cerámica. El nombre es „Kaidannoie“, algo así como „Casa Escalera“.
Según informan los arquitectos de y+M design office, el punto de partida fue el deseo de los propietarios de, por un lado, proteger su espacio privado y, por otro, conseguir una vivienda acogedora para los huéspedes y con una apariencia „cálida y luminosa“.
El techo en forma de escalera se ha convertido ya en un punto de encuentro para los visitantes y un lugar de juegos para los niños. En el punto más alto se encuentra la terraza. La luz entra en el interior de la casa sobre todo a través de las ranuras bajo los peldaños.
La forma en escalera dirige la mirada del visitante hacia arriba, lo que hace parecer a la casa más baja de lo que es, escriben los arquitectos. Las baldosas de cerámica facilitan el mantenimiento y también aportan ventajas energéticas: el sol de invierno, más bajo, se cuela por las rendijas, mientras que los rayos del sol de verano son reflejados por las baldosas. La ventilación tampoco es complicada.
Fotos: y+M design office