(Mayo 2013) El 10 de enero de 1863, hace 150 años, circuló por primera vez en Londres un tren subterráneo, impulsado por una humeante locomotora de vapor. Y esto nos da la oportunidad de echar un vistazo a la estación de Green Park, donde el artista John Maine ha tematizado las edades de la piedra, no las del hombre. En los accesos a la estación, llama la atención la decoración con fósiles de conchas y caracoles, procedentes de sedimentos marinos depositados hace 150 millones de años. La obra ha merecido uno de los premios de la Stone Federation Great Britain del año 2012.
El material utilizado es piedra caliza Portland, que fue durante siglos uno de los materiales favoritos para edificios representativos en la capital londinense.
Una variedad especial de esta piedra es la Portland Roach: en ella se encuentran conservados moldes y conchas de animales marinos, y no sólo en pequeños fragmentos.
John Maine, miembro de la Royal Academy of Arts, se ha inspirado para su proyecto „Sea Strata“ (estratos marinos) en las conchas en forma de espiral de algunos animales prehistóricos. A lo largo de toda la estación de Green Park, a la altura de los ojos, se extiende una banda de estructuras de este tipo sobre la pared. No son reales, sino artificiales, esculpidas en una variante de piedra caliza Portland que no tenía restos.
Arriba y abajo se encuentran otras variedades de la piedra, que también contienen pedazos de fósiles o moldes. Estas tiras de material intentan recordar a los estratos geológicos, tan típicos de los sedimentos de piedra.
Las esquinas han sido redondeadas. Al fin y al cabo, en la naturaleza apenas hay esquinas y, si las hay, no duran mucho tiempo. Además, la forma redonda resalta la solidez de la piedra.
Las cubiertas de la parte baja de la pared tiene grabadas en algunas zonas relieves que recuerdan a las olas.
Los movimientos del agua también se encuentran representados en el suelo, donde el remolino se extiende por la piedra, recordando a uno de esos depósitos de agua que se encontraban aquí en el siglo XVIII y alrededor del cual gustaban de pasear los londinenses de la época. La piedra del suelo, al igual que la de la base de las paredes, es granito Kemnay de Escocia.
La empresa Albion Stone proporcionó los tipos de piedra utilizados. Szerelmey llevó a cabo la instalación.
Nos encantó esta forma tan artística de decorar una estación, y nos pareció aún más impresionante por la noche, cuando una fría iluminación de neón cubre la piedra con una luz irreal. En un blog (ver más abajo) se muestran algunas imágenes de este efecto. No obstante, nos resulta sorprendente el malicioso comentario en esta página, y la burla que hacen otros bloggers sobre los „aros de cebolla y cáscaras de naranja de las paredes“.
Al parecer, el origen de esta piedra y cómo surgen algunas variedades son temas totalmente desconocidas para la mayoría.
El „Tube“ („tubo“) londinense fue el primer metro urbano subterráneo a nivel mundial. Su red de líneas se compone de 402 km, con 270 estaciones y 11 líneas. Hasta 3,7 millones de personas lo utilizan en un día.
Desde principios del siglo XX, existe el programa „Art on the Underground“ (Arte en el metro), en el cual se enmarca la obra de John Maine para la estación de Green Park.
Transport for London, Art on the Underground
Fotos: Daisy Hutchison