Mercados: Vanos para ventanas hechos de piedra

Puerta de entrada a la Basílica de San Marcos en Venecia. Foto: Raffaello GaliottoDescargar el texto (pdf)

Es interesante observar que, desde hace algunos años, cada vez es más frecuente la exposición de ventanas de piedra calada en las ferias de la piedra natural. A menudo, las empresas que las exponen no pretenden venderlas, sinó que las muestran sólo para captar la atención: “Simplemente, atraen a los clientes a nuestro stand”, contestan cuando se les pregunta por la razón de su exposición. Y, no obstante, en este tipo de ventanas se esconde un enorme potencial comercial para el sector de la piedra natural: se trata del precedente de las ventanas de cristal en todo el territorio cultural islámico y en la India.

Por otro lado, también las encontramos en la cultura europea, como muestra una imagen de la puerta de entrada a la Basílica de San Marcos en Venecia, construída en torno al año 1250. Podemos suponer que el desarrollo posterior de este tipo de ventanas caladas en las catedrales está estrechamente relacionado con la fabricación del cristal: debido a que, en esas épocas, sólo se podían fabricar cristales para ventanas de pequeño tamaño, los canteros construían ventanas de tracería, dividiendo en pequeñas unidades los enormes ventanales de las grandes iglesias.

De esta manera, podían incrustar las placas de cristal entre los arcos y los puntales de piedra, de forma que pudieran resistir el fuerte viento. Es interesante observar que, a pesar de la gran variedad de motivos que presentan, sus formas son siempre redondeadas. En los países árabes mediterráneos o en España, en cambio, las figuras perforadas en las ventanas son siempre angulares, y se pueden encontrar también en madera, no sólo en piedra.

No obstante, es interesante comprobar que en ambos casos presentan formas geométricas. Parece ser que, después de que los árabes conquistasen medio mundo, las matemáticas estaban de moda. Los balcones con ventanas de madera calada se llaman en árabe Mahrabiya.

Este tipo de ventanas se utilizaban sobre todo en miradores con vistas a la calle. El calado permite a los habitantes de la casa ver lo que sucede fuera sin ser vistos. También se usaban paredes perforadas en el interior de los edificios para separar el espacio de los hombres y el de las mujeres. Estas celosías se encuentran en todo el ámbito árabe, sobre todo en los antiguos caravasares, donde, junto con el suelo de mármol y el murmullo del agua de las fuentes, ayudan a soportar mejor las altas temperaturas diurnas (1, 2, 3).

También las podemos encontrar en la cultura india. Sirva como ejemplo el famoso Palacio de los Vientos en Jaipur. Este edificio, que alberga actualmente un hotel, debe su nombre a las corrientes de aire que se producen entre sus espacios, proporcionando un agradable clima interior.

Y esto no se consigue con sistemas de ventilación interna y aire acondicionado; sólo mediante las ventanas de piedra calada. También encontramos este tipo de calado en las ventanas de arenisca del Fuerte Rojo de Agra, delante del Taj Mahal.

Lo hemos comprobado: existen culturas, a nivel mundial y desde la antigüedad, que utilizan ventanas que no son de cristal. Además de decorar las fachadas, permiten ver desde dentro sin ser vistos desde fuera, y son un ejemplo de construcción respetuosa con el medio ambiente en épocas antiguas. Sin olvidar que también contribuyen a animar los sombríos espacios interiores con el juego de luces y sombras que crean sus perforaciones.

En vistas de las múltiples posibilidades comerciales, cabe plantearse si la industria de la piedra no podría redescubrir este antiguo tesoro, proporcionando nueva vida a este tipo de ventana. La tecnología para fabricarlas en piedra de forma económica está disponible: el corte mediante chorro de agua.

Además de los vanos de ventanas, las celosías se pueden usar para separar espacios interiores, a modo de biombo, o en verjas y barandas interiores y exteriores. Incluso es posible fabricar finas planchas para las puertas correderas de los armarios empotrados que se pueden perforar después con la técnica de corte por chorro de agua.

Dicho de otra manera: un cliente que decora la entrada de su hotel o de sus oficinas con losas representativas, o que instala una bañera de una tonelada en su cuarto de baño, puede estar también interesado en tener ventanas de piedra.

Además: mientras que las fachadas de cristal y acero suponen un coste elevado en sistemas de refrigeración y de protección solar, tras una ventana perforada el aire acondicionado puede funcionar con un gasto menor de energía.

Lápida bahaí en Haifa

Ejemplos en India (1, 2).

Queremos expresar nuestro agradecimiento al disenador italiano Raffaello Galiotto por la estimulante conversación sobre el tema. Sus obras más recientes se pueden apreciar en Lithos Design.