El tema era, de nuevo, muy filosófico: „Marble Across Time“ (Mármol a través del tiempo), era el nombre de la tercera edición de la instalación artística organizada por la asociación turca IMIB (Istanbul Mineral Exporters’ Association) en la Semana del Diseño, que tuvo lugar en Milán en abril.
Se trataba de reflexionar sobre el pasado, el presente y el futuro, y sobre el camino de la humanidad a través del tiempo, con la compañía del mármol. De forma simbólica, se invitó a artistas de Italia, Turquía y Japón, representando a Mesopotamia como la cuna de la civilización occidental; Italia, como ejemplo de una sociedad moderna; y la importancia creciente de Asia en el siglo XXI.
Como punto final a la visita de la presentación de IMIB, se encontraba una especie de sala de estar, donde se invitaba a los visitantes a relajarse.
Aziz Sarıyer, de Turquía, representó el pasado como una reflexión sobre un pasaje. El visitante caminaba a través de un profundo agujero, de apariencia interminable, decorado con mármol negro. La colocación por niveles daba la impresión de que hubiera una cámara en lo más profundo de la instalación que mantuviera su foco sobre el visitante.
El camino pasaba, entre otros lugares, al lado de pirámides en las que se presentaban distintos tipos de mármol turco.
El italiano Fabio Novembre se propuso presentar el presente como conexión entre el pasado y el futuro: una figura humana se extendía en una línea cronológica. Los brazos de la figura aparecían pegados al cuerpo, al principio, y despegados como alas al final.
Algunas de las franjas de tiempo estaban hechas de un tipo de piedra distinto, como resaltando fases de la vida con un significado especial.
Yoshioka Tokujin vio el futuro de manera positiva, dejando casi flotar una placa de mármol en la sala, como si se hubiera liberado finalmente de lo terrenal y hubiera encontrado el equilibrio infinito.
No obstante, el hecho de que el espectador se tuviera que engañar a sí mismo para llegar a esta interpretación quizá hace también que surjan dudas sobre cómo será realmente el futuro de la humanidad.
El comisario de la exposición era Erdem Seker, de RDM’s design&architettura, que también se había encargado del diseño de la última parte „Time – Infinity“ (Tiempo – Infinito): discos de mármol saliendo del suelo invitaban a sentarse, como si fueran astillas de siglos pasados.
Las pantallas de ónix de las lámparas ofrecían un fuerte contraste, creando un acogedor ambiente de sala de estar.
Fotos: Silvia Rivoltella
(10.08.2014)