(Enero 2010) Esta vez se trata de geoglifos: largas líneas de piedra dibujadas sobre el campo – son famosos los creados por la cultura Nazca en Perú- algunos de los cuales han sido interpretados como pistas de aterrizaje para ovnis y sobre los que ofrecemos un par de detalles nuevos más abajo.
Andrew Rogers, de Melbourne (Australia), también se dedica a dibujar estas líneas sobre el campo. Su obra trata sobre dimensiones básicas de la civilización, sobre historia y mitos, así como sobre la creación y la desaparición. Su tema es „la emoción y el ciclo de la vida“, señala Wikipedia. Frecuentemente, encuentra modelos para la creación de sus líneas en las tallas rupestres prehistóricas.
Rogers utiliza las piedras que encuentra en los lugares donde lleva a cabo sus creaciones artísticas. Prefiere lugares apartados, como desiertos, o regiones de alta montana, que siempre tiene algo de misterioso y eterno.
Otra característica de sus creaciones es la participación de la población local, que se encarga de reunir el material y apilar las piedras formando pequeños muros. Alguna vez ha contado incluso con la colaboración del ejército, como sucedio en el desierto de Gobi, en China.
Una de sus últimas obras es el parque de geoglifos „Time and Space“, en la Capadocia turca, finalizado en mayo de 2009. Es éste un lugar también envuelto en leyendas. Para el proyecto se utilizaron unas 10.500 toneladas de piedra. Sobre una distancia de unos 7 km se levantan las estructuras sobre las colinas mostrando, a vista de pájaro, enormes piedras de molino o palmeras, por nombrar dos de las figuras representadas. Nuestras imágenes muestras algunas de ellas. En la página web del artista se encuentran descripciones de estas obras.
Fotos: Andrew Rogers
Geoglifos de la cultura Nazca
Los investigadores consideran las famosas líneas trazadas en los altiplanos de Perú como lugares de culto ritual de la cultura Nazca, que se desarrolló en la zona de la costa pacífica entre el 200 a.C. y el 600 d.C. , desapareciendo al cambiar el clima de la región hacia el actual, mucho más seco. Los hallazgos realizados en las cercanías de las líneas trazadas sobre montañas y valles hacen pensar que allí celebraban los nazcas sus ceremonias religiosas. Las líneas eran quizá los caminos que seguían los sacerdotes o los creyentes cuando rezaban para que lloviera; quien sabe.
Los expertos acabaron hace tiempo con algunos de los aparentes misterios que rodeaban estos trazos. Las líneas no son absolutamente rectas, como parecen vistas desde el aire, sino que, vistas de cerca, los trazos son irregulares y llenos de baches, lo que hace pensar que se utilizaron varas para medirlas y construir su trazado.
Tampoco están grabadas en la roca. Más bien, se llevaron a cabo apartando los cantos rojizos de la superficie para dejar a la vista el fondo del suelo, de un color más claro.
En lo que se refiere a las misteriosas figuras, como el colibrí, la araña, o el mono, los investigadores suponen que fueron realizadas primero en pequeño formato en las laderas para que las gentes de los valles pudieran ver cómo discurrían las líneas. Más tarde, se desarrollarían hasta llegar a ser las largas líneas que se ven en los altiplanos.
El hecho de que en algunas de las líneas se pueda observar el solsticio de verano es, según la opinión de los investigadores, pura casualidad. Al fin y al cabo, hay allí más de 10.000 figuras creadas por la mano del hombre.