Los arquitectos de Tekeli Sisa han querido mostrar con sus edificios los estándares de producción industrial en Turquía
El hecho de que el vino y la piedra hacen buena pareja es conocido desde hace tiempo. Y es que el tipo de rocas que se encuentran bajo los viñedos y, por lo tanto, los minerales que se encuentran en ese suelo y su capacidad de almacenar calor, son factores decisivos para el sabor y la calidad de la uva.
Los arquitectos también suelen elegir la piedra natural para sus proyectos en la industria del vino porque, de esta forma, pueden resaltar el carácter local de un producto.
En esta ocasión, presentamos una bodega en Turquía, la Vinero Şharap Fabrikasi (fábrica de vino Vinero), en Eceabat, en la provincia de Canakkale. Ésta se encuentra en la península de Gallipoli, a orillas del mar Mármara, un lugar mágico desde la época de Alejandro Magno, entre oriente y occidente, y hoy Parque Histórico Nacional de Turquía.
En medio del parque se encuentra el edificio de procesamiento de las uvas y, al lado, la casa de huéspedes. Ambos ocupan unos 16.000 m2.
Los alargados lados del edificio de procesamiento está recubiertos con travertino claro.
También hay travertino en las fachadas de la llamada „calle interior“, que une la casa de huéspedes con el centro de procesamiento.
El conjunto se acomoda en la suave pendiente de los viñedos. El balcón frontal ofrece una amplia vista sobre el lago artificial que se encuentra enfrente. La fachada aquí está revestida de mármol. Bajo el lago se encuentran las bodegas de vino.
El conjunto ha resultado finalista en la edición de este año de los World Architecture Awards, en la categoría de Producción, Energía y Reciclaje.
De hecho, uno de los objetivos de los arquitectos de Tekeli Sisa era que el visitante pudiera experimentar una industria de producción moderna. Para ello, por un lado, han utilizado materiales valiosos como piedra, madera y acero. La decoración muestra valor, por ejemplo, en las elaboradas construcciones de madera.
Por último, también se trataba de poner en escena al cliente. “Nuestra intención era mostrar la alta calidad de la producción de vino y la alta calidad de las instalaciones disponibles para ello en Turquía”, nos escribe Mehmet Cakirkaya, del despacho de arquitectos.
Para que la experiencia sea más completa, un circuito sigue el camino desde la llegada de las uvas a la planta baja, por los almacenes de las 2 plantas subterráneas hasta volver a los tanques de fermentación sobre los cuales discurren pasillos elevados.
Al final se llega al balcón donde tienen lugar las catas de vino.
Los arquitectos han aprovechado diversos factores: por ejemplo, la producción discurre en los 3 pisos de arriba hacia abajo. Los espacios subterráneos mantienen la temperatura constante y la humedad necesaria para la maduración del vino, de forma que las instalaciones de calefacción, ventilación y climatización solo tienen que ser reajustadas ligeramente.
Por cierto, los vinos rojos y blancos maduran a la misma temperatura (sobre los 13 °C) aunque se beban a distintas temperaturas.
El cliente es la empresa Sanset Gida, que pertenece a Toksöz Group, un grupo empresarial con foco en la industria farmacéutica. Sanset es conocido por su empresa filial Sagra, que produce frutos secos en diversas formas.
En breve saldrá al mercado el primer vino de la empresa, que llevará el nombre de “Vinero”.
Para el pasadizo que une la casa de huéspedes, de 25 habitaciones, con la fábrica, el cliente quería que estuviera inspirado en los antiguos castillos de los viñedos del sur de Francia.
Tekeli Sisa Architectural Partnership
Fotos: Tekeli Sisa
(30.09.2016)