(Diciembre 2010) Desde hace algunas décadas, en todas partes se intenta conservar antiguas fábricas y herrerías para documentar la industria pesada y el duro trabajo en vistas a las futuras generaciones. El proyecto Quarry Scapes, financiado por la Unión Europea, da los primeros pasos para la documentación de antiguas canteras. Porque éstas representan también el testimonio de la existencia de una economía y modo de vida humanos.
Hace poco, ha aparecido el primer informe de este proyecto. En él, diez grupos de investigadores de Egipto, Jordania, Turquía e Italia, además de Gran Bretaña, Bélgica y Noruega, presentan sus resultados. El informe, en inglés, se puede adquirir por 200 coronas noruegas (unos 25 €), tiene 183 páginas y contiene imágenes impresionantes. En su página web se indica cómo y dónde se puede obtener.
Uno de los objetivos del proyecto era la documentación de las canteras conservadas y también el descubrimiento de canteras olvidadas, que muchas veces han sido devoradas por la misma ciudad que ayudaron a construir.
Algunos estudios tratan, entre otros temas, sobre la extracción de alabastro para ataúdes de piedra en el antiguo Egipto o sobre el material de construcción de la ciudad romana de Gerasa, en la actual Jordania. Sobre la base de la antigua ciudad turca de Sargalassos, se estudia la forma de utilizar no sólo los antiguos edificios imperiales que allí se encuentran, sino también la posibilidad de desarrollo turístico de las antiguas canteras.
Ideas para antiguas canteras
Es famoso el ejemplo de la ciudad portuguesa de Braga: los arquitectos del estadio de fútbol del campeonato de Europa de 2004 decidieron colocarlo en una antigua cantera. El estadio sólo dispone de tribunas en los laterales; en uno de los cabos se ve una pared de piedra donde se ha colocado un expositor de anuncios, el otro lado está abierto al paisaje.
El famoso cementerio de Montmartre, en Paris, era originariamente una cantera de yeso.
De hecho, cualquier población que esconda una antigua cantera puede considerarse afortunada, ya que así dispone también de un lugar para modernos usos del tiempo libre. Este año, la feria de Marmomacc se ha vuelto a dedicar al tema. Bajo el título „Quarry Architecture“ se ha publicado un libro de 160 páginas en gran formato, en italiano e inglés, con imágenes de selectos proyectos (Faenza Scientifics, ISBN 88-6116-127-8).
Entre otros, se presenta la línea de tranvía a lo largo de la costa mediterránea de Alicante, que discurre paralela a las escarpadas paredes de una antigua cantera. O el proyecto Eden, en la ciudad inglesa de Cornualles, donde se ha construido un jardín botánico cubierto en un antigua mina de caolín. Otros ejemplos llegan de Grecia, España, Francia, Gran Bretaña y Suecia.
Por el contrario, las canteras en funcionamiento no suelen ser valoradas de forma tan positiva, por lo menos por parte de los habitantes del lugar y de los defensores de la naturaleza. En este sentido, es digno de mención el acuerdo alcanzado en el año 2000 en Alemania entre ecologistas por un lado y empresas extractoras por otro: las empresas se comprometen a mantener una actividad sostenible y a la protección de especies amenazadas como tortugas y lechuzas. Los ecologistas renuncian a sus protestas en una declaración conjunta.
Un ejemplo de actividad artística en una cantera en activo lo proporcionó la feria de Carrara este año. Ya existe un vídeo sobre ello en la red.