(Abril 2012) „Arte Moderna“ es el nombre de la nueva colección de la empresa brasileña Mosarte, especializada en baldosas para suelos y paredes. El hilo conector de los 7 modelos es la obra de conocidos arquitectos brasileños de antes y después de la Segunda Guerra Mundial. Algunos nombres destacados de esa época son, entre otros, Oscar Niemeyer, Nauro Jorge Esteves o Lúcio Costa.
En aquel entonces, la vida de la gente estaba determinada por una sensación de capacidad infinita para llevar a cabo nuevos proyectos. Se pusieron de moda nuevas formas de decoración y todo parecía posible, incluso una nueva capital lejos de la civilización, como sucede con Brasília (o, en el caso de Australia, Canberra).
La nueva colección tiene muchas referencias a Brasília. La baldosa „Itamaraty“ debe su nombre al ministerio de exteriores que se encuentra en esa ciudad, y que Oscar Niemeyer ideó con formas futuristas (ver imagen arriba).
„Alvorada“ lleva el nombre del palacio presidencial, también de Niemeyer, y también en Brasília.
„Niterói“ lleva el nombre de la ciudad frente a Rio de Janeiro en la bahía que comparten: uno de los edificios más conocidos allí es el Museu de Arte Contemporânea (MAC). Niemeyer lo creó, de nuevo, con una imagen futurista, esta vez en forma de cuenco. Nuestra foto muestra los mosaicos de madera.
El Palácio „Buriti“ fue construido por Jorge Esteves y es la sede del gobierno del Distrito Féderal de Brasilia, ya que la ciudad, al igual que Washington D.C., es también un estado federal.
„Pampulha“ recuerda la joya de la corona de la obra de Niemeyer, la pequeña iglesia en la localidad del mismo nombre, cerca de Belo Horizonte. „Capanema“ hace referencia al rascacielos en Rio, con la famosa fachada, de Lúcio Costas.
Seis de los modelos están pensados para ser colocados en la pared. „Itamaraty“ es adecuado para paredes y suelos. Uniendo distintos tipos de piedra, y también madera, se consiguen en total 19 opciones. Las baldosas tienen distintos tamaños dependiendo del modelo.
Fotos: Mosarte
Un poco de historia: la construcción de Brasilia, junto con el boom de nuevos hoteles en todo el país en los años 50, supuso un gran impulso para el inicio de la industria brasileña de la piedra. Además, al mismo tiempo, el gobierno había impuesto unas regulaciones muy restrictivas a la importación de piedra, con el objetivo de mantener el déficit comercial bajo control.
Especialmente en el sur, se empezó a extraer mármol, del tipo Branco Paraná, destinado a la construcción de numerosos edificios oficiales. También en el estado federal de Rio de Janeiro jugó un papel importante en el sector de la piedra, hasta que una regulación federal hizo que la industria regional quedase estancada.
El sector, antiguamente dominado por pequeños talleres manuales, fundados por inmigrantes de Italia, Portugal y España, se transformó en una verdadera industria. El proyecto Brasília fue tan enorme, que algunos proveedores y fabricantes se unieron formando cooperativas. Hay que recordar que junto a la decisión por parte del gobierno de crear la nueva capital se incluyó también un plazo de tan sólo tres años hasta la inauguración oficial en abril de 1960.
En los años 70, los brasileños se dieron cuenta en las ferias internacionales del interés que despertaba su granito. El centro de producción y elaboración se trasladó por esta razón al estado de Espírito Santo, donde desde entonces se exporta el 60% de la piedra brasileña.