Arte: Siempre rozando los límites

(Marzo 2011) La ciudad suiza de Zúrich quería una fuente para su plaza Tessino, que tuviera una relación con el lugar que da nombre a la plaza y con material procedente de allí. El escultor Horst Bohnet ganó el concurso y escribió en el borrador de su proyecto: „Cuando pienso en Tessino, se forma en mi mente una imagen muy concreta: lagos, con impresionantes montañas de fondo.“

A partir de esta imagen, creó la fuente que lleva el nombre de „Lago Montagna“: se compone de un enorme bloque de gneis de 8 m de largo y 15 toneladas de peso, cuya parte superior está trabajada de tal modo que presenta una serie de surcos. De estas „cumbres“ surgen gotas de agua que se deslizan por los lados de estas elevaciones, descendiendo una pila donde se acumula. Se entiende que, si bien hay algo que separa a los habitantes de Zúrich y a los de Tessino (el norte y el sur de Suiza), como los Alpes o el clima, ésta misma geografía los une también y, al final, todos se identifican como suizos.

Para resaltar ese sentimiento de unidad de una forma simbólica, uno de los requisitos del concurso era que la realización final del proyecte fuese el resultado del trabajo conjunto de varios artistas.

Conseguir esto fue para Horst Bohnet la parte más sencilla del proyecto, puesto que se trata de un artista conocido en el ambiente por sus proyectos. Bohnet consiguió juntar a 37 escultores que trabajaron en la fuente – con interrupciones- durante 3 meses.

Los procesos anteriores resultaron más complicados. Por ejemplo, encontrar una cantera que proporcionase bloques de semejante tamaño en una pieza no resultó tan fácil. Así, para los trabajos de elaboración, la sierra tuvo que ir a la montaña -y no la „montaña“ a la sierra, como es habitual. También el transporte desde la cantera hasta el valle de Maggia resultó una proeza al borde de lo imposible.

Pero a Horst Bohnet le gusta rozar los límites, si bien se trata de un hombre muy cordial y que no crea conflictos con nadie. „Las experiencias al límite es lo que hace tan interesante este trabajo“, nos responde por email. Aunque, por otro lado, tampoco quiere traspasar los límites a toda costa, sino más bien intentar averiguar dónde se encuentran éstos. „Me resulta sumamente interesante trabajar justo hasta el límite“, nos dice.

En referencia a su trabajo artístico, esta afirmación encuentra más de un sentido. Como escultor, no sólo trabaja con piedra sino también con otros materiales, incluyendo perecederos, como la nieve. También el abanico de sus temas es prácticamente ilimitado: uno de sus proyectos, a petición de una congregación religiosa, fue una pica bautismal de piedra, que se puede mover de sitio dentro de la iglesia.

En otro proyecto, se puso en una situación que resultaría más allá de lo soportable para otros artistas: en „Eine ART Tagebuch“ (juego de palabras traducible como „Una especie de diario artístico“), creó una nueva obra cada día durante un año, en un tiempo máximo de 24 horas.

Una de sus obras actuales es „Cocoon“, en piedra arenisca Bollinger. Se trata de una contribución para el proyecto de la celebración del 100 aniversario de la Asociación Suiza de Escultores, sobre el que informamos en nuestra edición de diciembre. Otro de sus trabajos en el marco de este aniversario fue „r.u.h.e“ („d.e.s.c.a.n.s.o.“), realizado con roca caliza procedente de conchas marinas. En esta obra, Bohnet juega con las letras de piedra, que tienen forma de carácteres de imprenta y remiten a „la tranquilidad del fondo del mar“, según el artista. Y tienen, a la vez, una función totalmente práctica como asientos.

Horst Bohnet (alemán)

Fotos: Horst Bohnet