(Julio 2012) La Villa Tugendhat, en Brno (República Checa), ha sido restaurada recientemente. Se trata de una famosa casa de la arquitectura moderna y también Patrimonio de la Humanidad, construida por Mies van der Rohe. Y alberga incluso algunas historias: en esta casa de finales de los años 20 se encontraba una pared curva que separaba el comedor y la amplia y abierta sala de estar. Esta pared desapareció sin dejar rastro tras la estancia de la Gestapo en la casa durante los años 40. De forma totalmente inesperada, el historiador del arte Dr. Miroslav Ambroz la descubrió en el comedor de una universidad cercana en 2010, donde estudiantes y profesores habían pasado el rato desde hace décadas sin saber lo que era en realidad la llamativa pared de madera de ébano.
En los últimos 2 años, se ha llevado a cabo una restauración completa del interior de la Villa, incluyendo la pared de separación. El esfuerzo realizado por los historiadores del arte y los especialistas que han asesorado a la empresa A.M.O.S. Design ha sido enorme y el coste de la restauración se eleva a 8,8 millones de dólares. Desde hace poco, los visitantes pueden acceder al edificio para verlo tal y como Mies van der Rohe lo planeó.
Han sido necesarias exhaustivas investigaciones para realizar la restauración, ya que parte de los materiales ya no se usan hoy en día y, por otro lado, el know-how para su elaboración se ha perdido. Por ejemplo, para tapizar los sofás se ha vuelto a usar yute, crin de caballo o hierba africana. Las cerraduras, bisagras y piezas de los armarios se han reconstruido de forma artesanal, y algunas mesas han sido reconstruidas en base a piezas conservadas en museos.
Echemos un rápido vistazo a la utilización de la piedra natural que hace Mies van der Rohe: si bien prefería utilizar materiales más modernos, como el cemento armado, también usaba piedra natural de forma abundante para los interiores. El travertino se puede ver en la mayoría de suelos, escaleras o marcos de las ventanas. Esto resulta especialmente interesante, ya que este material es uno de los que presenta más agujeros e irregularidades. Al parecer, Mies buscaba el elemento opuesto a la perfección de los materiales modernos.
Mies también apostaba por la piedra como toque decorativo, por ejemplo, la pared de separación de ónix en el salón. Esta pared es traslúcida, por lo que la luz del sol y la iluminación artificial crean vivos efectos de color.
El dinero no era un elemento importante para el matrimonio Tugendhat: tan sólo por el precio de esta pared de ónix, traído de Marruecos, se podría haber construido en aquel tiempo una casa familiar completa, según se indica en la wikipedia. La Villa dispone en total de 1250 m² de superficie útil. El espacio abierto del salón junto con el jardín de invierno ocupan ya 280 m².
Un famoso ejemplo del interés de Mies por la piedra es también el Pabellón Alemán construido en Barcelona para la exposición universal de 1929.
Fotos: Miroslav Ambroz / A.M.O.S. Design