Arte: ¿Quiere usted apadrinar la aguja de una torre en mármol?

(Diciembre 2012) Los habitantes de Milán y del resto del mundo están llamados a participar en una acción de la Catedral de esta ciudad: el edificio necesita dinero para el mantenimiento de las agujas de sus torres (en lenguaje técnico: chapiteles) y, en vista de la actual crisis económica, el promotor de las obras de este gigante de mármol, Veneranda Fabbrica, ha lanzado una propuesta de esponsorización: quien done más de 100.000 € puede colocar su nombre o el de la empresa en la base de „su“ aguja. La inscripción se mantendrá „por lo menos durante 50 años“, según se indica en la web del proyecto, llamada „Addotta una Guglia“ (Apadrina una aguja).

En total, se necesitan 25 millones de €. Por esta razón, se aceptan también pequeñas donaciones, que se pueden realizar mediante el teléfono móvil o por internet. Para los niños, se ha editado un libro que se vende por 9 € y trata, en italiano, sobre el pequeño dragón Gigivì, que vive en una de las agujas y, si se le encuentra despierto, puede contar muchas historias relacionadas con edificio.

De hecho, se podrían contar innumerable anécdotas sobre este monumento de la arquitectura gótica y su piedra.

Por ejemplo, que es el único del mundo donde uno se puede pasear por el tejado del templo.

Tan solo el camino hasta allí arriba ya es toda una experiencia, pasando por al lado de las filigranas que decoran las 135 torres, las 96 gárgolas o los numerosos arcos, ricamente decorados, que soporta el peso del tejado. El mármol que recubre el núcleo de mampostería en ladrillo supone un total de 400.000 m³ de piedra.

Una particularidad de la Catedral sirve hoy para facilitar el trabajo de restauradores y canteros: en toda la fachada, se utilizó (casi) exclusivamente un material, el mármol blanco Candoglia, que debido al óxido de hierro, tiene una brillante coloración rosada. Desde la colocación de la primera piedra, en 1367, el material llega desde las montañas de Candoglia, cerca del Lago Maggiore. La extracción de la piedra durante 6 siglos ha dejado allí un enorme hueco casi con las dimensiones de la misma catedral: la Cava Madre, que alcanza los 150 m de profundidad, tiene unos 30 m de altura y 15 m de ancho.

Durante siglos, los bosques alrededor de Candoglia también se explotaron para la construcción de la catedral: con su madera se fabricaban los soportes con los que se transportaban los bloques de piedra hasta el valle. Desde allí, llegaban en barco directamente al centro de Milán a través del lago Maggiore y el canal Naviglio Grande. La madera de los soportes se utilizaba de nuevo como andamio en la catedral.

Probablemente fueron estas facilidades para el transporte las que llevaron a que se utilizase más bien poco mármol de Carrara. Además, si bien las montañas Apulias estaban en la época en posesión de la ciudad de Milán, habrían tenido que navegar todo el perímetro de la costa italiana para llegar allí.

Tras la búsqueda de esponsors, que se inició en noviembre, la agencia de noticias AFP preguntó pasado día 17 de aquel mes a Veneranda sobre el éxito de la campaña: según informan, la empresa cuenta ya con 8 grandes patrocinadores, que han donado cada uno 100.000 €, y numeras pequeñas donaciones que suman ya 10.000 €.

Adotta una Guglia

La Catedral de Milán