(Diciembre 2012) Estudiantes de la Facultad de Diseño y Artes de la Universidad IUAV de Venecia recibieron como proyecto de carrera una tarea de „Diseño sin residuos“. En ella, se trata de evitar la creación de residuos en la producción ya desde el diseño del producto. El promotor fue el profesor Paulo Ulian, él mismo un experimentado diseñador para piedra natural, en colaboración con Salvatore Indriolo y Alessandra Pasetti. La piedra fue proporcionada por la empresa asociada Laboratorio Morseletto.
Hay que admitir que no se puede producir piedra sin ningún tipo de residuos, ya que siempre hay que empezar cortando el bloque original.
Por lo tanto, el proyecto intenta encontrar ideas para que la elaboración de la piedra produzca la menor cantidad posible de desechos. Todas las ideas de los estudiantes se centran en formas que surgen unas de otras, excepto una propuesta radical que presentaremos al final.
Para su candelabro „Lightline“, Elettra Cholevas, Giacomo Penzo y Lavinia Rossetti han elegido la forma en L repetida varias veces sobre una placa de piedra y recortada después en piezas individuales. De esta manera, surgen elementos de altura distinta y diversas longitudes en la base.
Se puede colocar unos al lado de otros, combinándolos de diversas formas. Un sencillo sistema de atornillado las mantiene unidas.
La estantería „Dueminuti“, de Fabio Orlini y Nicolò Pizzolotto, sigue una idea parecida: lo que se recorta de partes de la piedra encuentra un nuevo uso en forma de estante o como pared de la estantería.
El nombre hace referencia a la rapidez del montaje/desmontaje, para los que no se requieren instrucciones. El peso de la piedra impide pensar en uniones complicadas.
No resulta sorprendente que algunos estudiantes hayan pensado en el principio de las matrioskas para sus ideas. Per „Moli” Riccardo Visentin y Fabio Ghirardello recortaron cuadrados con las esquinas redondeadas a partir de una gruesa placa de piedra.
Cada pieza se puede combinar según se quiera y, si se tiene gente fuerte a mano, se pueden recolocar en cualquier momento.
El mismo principio sigue el banco „Family“ de Giulia Costa, Francesco Fornasier y Alessandra Pattarello.
También en este caso las piezas sueltas se pueden recombinar de diversas formas. Además, cada pieza puede usarse como banco por sí sola.
El diseño „Vaein“, un juego de colocaciones de Enrica Cunico y Francesca Lorenzon, se queda en la segunda dimensión.
El nombre es un juego de palabras entre „Vena“ y „Vano“ (en inglés: „vein“ y „vain“), que sugiere que las estructuras y coloraciones de la piedra deben jugar un papel a la hora de combinar estas piezas.
La idea base del puzzle „Teclithos“, de Davide Baù, Simone Fant y Diego Marcon, es usar directamente el residuo como material.
Aquí, al igual que en las propuestas anteriores, el conjunto se puede usar también como un sistema modular, recolocando las piezas en el espacio.
El enfoque radical que mencionábamos más arriba lo proponen Arrigo Bedogni, Michele Perissinotto y Eleonora Toniolo con su bandeja „Dasmòs“, dando la vuelta a los métodos de producción más habituales hoy en día: se producen muchos residuos porque se quieren mantener bajos los costes de producción. En „Dasmòs“, al contrario, las distintas alturas de la bandeja suponen un alto coste de elaboración: primero se corta una placa plana en varias partes sueltas, que después se pueden combinar con distintas alturas.
Al igual en que las ideas anteriores, el hecho de que se tengan que juntar elementos individuales tiene un efecto positivo: las posibilidades de combinación son ilimitadas.
El tema de la reducción de los residuos es importante para la industria de la piedra por diversos motivos: por un lado, los competidores del sector de la cerámica o de la Engineered Stone siempre hacen mención de las altas cifras de la piedra en este sentido. Por otro lado, aumenta los beneficios de las empresas por cada unidad de material utilizado.