(Mayo 2013) Tan ásperas como el paisaje son las paredes exteriores del complejo House on Blacksod Bay, en la costa noroeste de Irlanda, ya que allí, en el condado de Mayo, sopla fuerte el viento del norte del Atlántico, que trae a menudo tormentas.
Tal y como es habitual en las granjas de la zona, los edificios se inclinan unos sobre otros para formar un protegido patio interior.
En el exterior, los muros de hormigón están recubiertos con placas de piedra de distintos tamaños de 18 cm de grosor, con superficie sin pulir. Las placas se colocaron a mano y los trabajos llevaron 3 meses. La empresa encargada fue Vincent Naughton Builders.
Sobre la piedra, se trata de la arenisca Lacken local, procedente de una cantera a unos 30 km de distancia. Es tan dura como el granito y presenta diversas coloraciones.
La capa aislante que recubre las paredes exteriores mide 32 cm, por lo que el muro tiene un grosor total de 73 cm. Los tejados están cubiertos con pizarra, como es habitual en Irlanda.
Pero quien se viene a vivir hoy en día a la costa salvaje, quiere sentir también la fuerza de la naturaleza a su alrededor.
Por ello, el complejo está compuesto de forma que, desde su interior, se disfrute de diversas vistas sobre el mar y el exterior.
A esto también contribuye la combinación de colores puristas del interior. „Queríamos mantener un ambiente interior calmado para maximizar el efecto de las vistas sobre el paisaje de los alrededores“, nos escribe Stephen Haines, de Tierney Haines Architects.
Al mismo tiempo, se crea una conexión visual entre el interior y el exterior, y sucede a través del material. La piedra arenisca se encuentra también en el interior de las paredes, pero aquí su superficie ha sido flameada. Los alféizares y los marcos de las ventanas ya dan una pista desde el exterior sobre lo que espera al visitante una vez dentro.
Los edificios han conseguido la clasificación BER A, la más baja, en el nivel de consumo de energía. Sus características incluyen el uso de calefacción geotérmica y ventilación con recuperación de calor, además de la orientación hacia el sur y el grueso aislamiento en las paredes.
Un poco de historia: en el condado irlandés de Mayo tuvo lugar de 1845 a 1849 una hambruna que produjo millones de muertes. Como consecuencia, muchos irlandeses emigraron a América. El origen de la miseria no era sólo el hongo de la patata, sino también la explotación de los campesinos por parte de los terratenientes.
A partir de 1879, Mayo se convirtió en el centro de la Land League, que luchaba por una reforma agrícola y contra las excesivas tasas de alquiler. En aquel contexto surgió la palabra „boicot“: Charles Cunningham Boycott era un apoderado al que los campesinos consiguieron echar mediante acciones no violentas.