(Septiembre 2010) Las gárgolas, que aparecen por todas partes en las iglesias cristianas, son escalofriantes. No obstante, estos monstruos de piedra no se colocaron ahí para atemorizar a la gente. Más bien debían servir para ayudar a dominar los horrores del mundo real y del imaginario, consiguiendo retenerlos mediante su representación física.
Walter Arnold es conocido por sus gárgolas, algunas de las cuales decoran la National Cathedral en Washington D.C.. Además, ha sido elegido hace poco por cuarta vez presidente de la asociación americana Stone Carver’s Guilt (gremio de talleres de la piedra), y su modelo de negocios podría servir de ejemplo para muchos canteros.
Por un lado, Arnold cultiva con pasión el trabajo artesanal tradicional y crea grandes esculturas con diversos objetivos. Al mismo tiempo, no teme crear también, por ejemplo, objetos poco pretenciosos para decorar salones o jardines.
Más todavía, y esto es sorprendente en un cantero: copia él mismo algunos de sus originales (la mayoría realizados en Indiana Limestone) utilizando resina artificial ¡y los vende a precios bajos en internet!.
Volviendo a los monstruos del pasado, quizá se encuentra aquí un mercado para el futuro. También en nuestro mundo moderno hay fantasmas cotidianos. Todos nos damos cuenta de cómo el miedo se extiende entre la gente tras cada noticia sobre catástrofes naturales.
Por otro lado, estas figuras también pueden mostrar caras o gestos divertidos, que hagan sonreír a la gente o que, como de pasada, transmitan alegría de vivir.
Arnold ha creado, por ejemplo, una gárgola con la cara de un tierno hámster, o una mosca malhumorada sujetando, precisamente, un bote de insecticida. Ambas se encuentran en la Catedral de Washington, donde Arnold ha trabajado durante 5 años. Para otros clientes, ha creado, por ejemplo, un muro de cabezas de animales, de los cuales dos (la nutria y el puma), son gárgolas. También ha dado nuevos aires a la antigua tradición de las claves para arcos o bóvedas.
Arnold empezó muy pronto, con 12 años, a golpear piedras con el martillo. Aprendió el oficio en la ciudad italiana de Pietrasanta, cerca de Carrara, e instaló su estudio en su ciudad natal, Chicago, tras su etapa en la Catedral de Washington.
Fotos: Walter Arnold
Dos detalles más: en la parte más alta de la Catedral de Washington se encuentra otra espectacular gárgola, aunque no es obra de Walter Arnold, que no se puede ver desde abajo: ¡Darth Vader de la película „La guerra de las galaxias“!
También en la Catedral de Colonia, en Alemania, se encontraba hasta hace poco un parte dañada por los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. Puesto que no se conocía la decoración original, un cantero decidió durante la restauración ornarla con flores silvestres, hojas de encinas y tallos de calystegia. La revista especializada „Naturstein“ ha descrito y fotografiado los motivos naturales (alemán).