Diseño: Un trampolín para viajar en el tiempo

(Enero 2011) Algunas de las actuales carreteras europeas ya eran vías asfaltadas en la época de los romanos, y engarzan como perlas de la historia los lugares que atraviesan. En la región francesa de la Borgoña, se han levantado piedras miliares en diversos tramos de estas vías. Estas piedras, llamadas en francés „Bornes Milliaires“, ya se encontraban en la época de los romanos y, construidas utilizando piedra local, superan la altura de una persona.

El tramo donde se han situado se extiende sobre 34 km de la carretera entre las localidades de Alise-Sainte-Reine y Sombernon, en las afueras de Dijon. Los extranjeros probablemente conozcan mejor el antiguo nombre de Alise-Sainte-Reine: en la época romana se trataba del enclave urbano de Alesia, cerca de la cual se produjo la decisiva batalla entre los ejércitos de Julio César y en jefe galo Vercingetorix. Los romanos vencieron y recaudaron enormes ganancias para Roma en la nueva colonia de la Galia Transalpina.

Como si se tratase de trozos verticales de una tarta, las once piedras se encuentran desde septiembre de 2010 en los caminos forestales. No intentan imitar de forma premeditada las antiguas piedras romanas, que eran columnas situadas en una distancia exacta de 1481 m unas de otras, y señalaban distancias o direcciones.

Las nuevas piedras señalizadoras están situadas en 5 lugares destacados del paisaje. Parte de ellas, se encuentran colocadas juntas en un cruce; otras a solas al borde del bosque o bajo un poste de electricidad. De forma preconcebida, el arquitecto Patrick Berger les ha otorgado una forma neutra sin una declaración de intenciones clara. En cualquier caso, se pueden observar como trampolines para viajar por el pasado.

Puesto que en este camino no sólo se encuentran hechos sucedidos hace 2000 años, sino también escenarios de la Segunda Guerra Mundial, cuando la Résistance luchaba contra la ocupación alemana, así como ruinas de castillos llenos de leyendas.

Para acentuar el carácter histórico de los lugares, se ha utilizado Pierre de Beaunotte, una piedra caliza local. Los dos lados opuestos de los pilares están pulidos, y los otros dos lados desbastados. Esto, por un lado, incluye a la piedra en el paisaje natural y, por otro, la hace reconocible como una creación humana. Las piedras tienen una superficie de 1,10 m x 0,85 m y pesan unas 2 toneladas. Sus localizaciones se encuentran conectadas por un camino con diversas etapas.

El proyecto fue posible gracias a la iniciativa de los municipios y el apoyo de la Fondation de France y la organización europea Nouveaux Commanditaires, que proporciona ayudas a proyectos culturales impulsados por los ciudadanos. También recibió el apoyo de la asociación Pierre de Bourgogne. Los miliarios fueron producidos por la empresa Carrières et Marbreries de Bourgogne.

Patrick Berger

Association Pierre de Bourgogne

Nouveaux Commanditaires

Foto: André Morin pour le Consortium